“Demuestren con su forma de vivir que se han arrepentido de sus pecados y han vuelto a Dios”
Mateo 3:8
Juan el bautista estaba hablando a Fariseos y Saduceos que venían a el para verle bautizar. Juan los enfrentaba y le llamaba víboras, ya que al parecer, estos eran conocidos por vivir totalmente diferente a lo que profesaban. Jesús confirma esto más adelante en el capítulo.
¿Hemos vuelto a Dios arrepentidos? si es así, ¿Qué tanto demuestran nuestro hechos ese arrepentimiento?
Muchos dicen estar arrepentidos, profesan con sus bocas estar transformados por la palabra; pero en realidad sus vidas no muestran este fruto de arrepentimiento.Continuan tomando decisiones contrarias a las que un hijo de Dios tomaría, su pecado no les duele, el chisme y la murmuración les apasiona. ¿Eres uno de ellos? ¿Soy yo una de ellos?
Reflexión: Hoy, iniciemos el día meditando en estas palabras. Analicemos nuestros corazones, nuestras acciones y confirmemos sí estamos dando fruto de arrepentimiento... o si no.
Oración: Dios ayúdanos a vivir conforme a tu palabra, que nuestra forma de hablar y actuar demuestren que tu nos has transformado. Muéstranos nuestro pecado y ayúdanos a crecer en el conocimiento tuyo y de tu palabra.