“De inmediato, Jesus extendió la mano y lo agarró. -Tienes tan poca fe- le dijo Jesús- ¿Por qué dudaste de mi?”
MATEO 14:31
Muchos conocemos esta historia, Jesús está hablando a Pedro, quien al ver qué Jesús podía caminar sobre el agua quizo hacer lo mismo, pero dudó y se hundió. ¿Cuánto hemos dudado de la omnisciencia de Dios? ¿De su provisión, de sus planes?. Es muy probable que para la hora que estes escuchando este episodio, hayas dudado. Dudar se nos hace fácil, pues olvidamos con facilidad lo que Dios ha hecho en nuestras vidas.
Estoy segura que has vivido en carne propia las bondades de Dios y aun así seguimos dudando. ¿Por qué tenemos tan poca fe? ¿Por qué insistimos en dudar del poder de Dios y hacer las cosas a nuestro modo?
Reflexión:iniciemos esta semana recordando. Recordemos momentos específicos donde vimos la mano de Dios obrar de maneras sorprendentes. Quizás en medio de una enfermedad, de escasez o dolor.
Oración: Dios ayúdanos a confiar en ti, ayuda nuestra incredulidad.