“Hijitos, guardaos de los ídolos. Amén.”
¿Cuál es tu mayor placer o deseo en la vida? ¿Cuál es la cosa que más felicidad te da? Tu vida seria perfecta si_____________ (coloca algo que piensas que debes tener para estar completa).
Tal vez podrías enumerar varias cosas en tu vida que te hacen feliz, sin embargo, esas cosas pueden constituirse en dioses cuando acudimos a ellas tratando de encontrar allí refugio o plenitud en lugar de acudir al Señor, quien debe ser nuestra fuente de total felicidad y satisfacción. Incluso sin darnos cuenta, poco a poco podría llegar a deteriorarse lo que debe ser nuestro mayor y mas importante deleite: nuestra relación con Dios.
Un ídolo es todo lo que reemplaza a Dios en mi corazón. Somos idolatras por defecto. Es tan importante para Dios que nos cuidemos de reemplazarlo que el primer mandamiento que El escribió en las tablas de piedra fue “No tendrás dioses ajenos delante de mí ” (Éxodo 20: 1-6)
a) El corazón de un idolatra está insatisfecho: No encuentra felicidad, consuelo, paz, ni alegría en Dios, y por ello frecuentemente lo reemplaza con otras cosas. Todo aquello que deseamos tener por encima de cualquier cosa en nuestra vida, se constituye en un ídolo.
b) El corazón de una idolatra crea en su mente un dios que puede manejar a su antojo: un dios que esta obligado a complacer todos mis deseos y ambiciones, un dios que promete felicidad a cambio de mi veneración. Hechos 17:29 nos dice claramente que nosotros no formamos a Dios con nuestros pensamientos, sino al contrario, fuimos y somos formados por Sus pensamientos.
El creyente idolatra de hoy en día no necesariamente esculpe una estatua, pero idolatra el pensamiento: “Que feliz fuera si tuviera tal o cual cosa” , se esfuerza por conseguirla y hace de este deseo su dios.
Raquel era una mujer muy hermosa (Gen 29:17), tanto que desde que Jacob la vio supo que quería fuese su esposa. Trabajo para ella 14 años, le parecieron pocos días porque la amaba (Gen 29:20). Sin embargo, Jacob no se dio cuenta que en el corazón de su futura esposa había idolatría.
Quizá fue una mujer bonita, pero su vida espiritual estaba contaminada. Aunque a veces reconocía con su boca a Dios como el soberano (ver Gén 30:6, 8, 22-24), en realidad su corazón estaba dividido entre confiar en Dios, y confiar en los dioses paganos de su padre. ¿Como nos damos cuenta de ello? sigue leyendo, en breve te lo diré.
¿Qué le hacía falta a Raquel? Hijos. Tuvo que quedarse cruzada de brazos mientras su hermana Lea daba a luz muchos hijos (Gen 29: 1-30). “Dame hijos o si no me muero” pensaba que era su esposo y no Dios quien controlaba su vida. A pesar de que Dios en su gracia le dio hijos, su corazón seguía insatisfecho (Gen 30:24) No era suficiente con ese niño, ella quería más, es por eso que al momento de dar a Luz exclamo: ”Añádeme Jehová otro niño” como muestra de su inconformidad.
Pensaba que su vida no estaba completa, estaba convencida de que era necesario tener hijos para estar plena.
Raquel quería un dios que hiciera lo que ella quisiera, que pudiera manejar a su antojo, que le otorgara el deseo de su corazón como si estuviera obligado a ello. Génesis 35:16-21 (muere dando a luz a Benjamín) Raquel reclamó “dame hijos o muero”, y murió recibiendo lo que idolatraba.
Un ídolo es todo aquel deseo, anhelo o esperanza a lo que rendimos culto en lugar del Dios verdadero. Los ídolos hacen que dejemos de adorar al Dios verdadero cuando buscamos lo que nosotras pensamos que necesitamos para estar completas en nuestras vidas.
¿Qué cosa se constituyó en el ídolo de Raquel? El deseo de su corazón, tener hijos. ¿Le otorgó Dios lo que pidió? Raquel estaba convencida de que ella tenía que tener hijos, eso se convirtió en la cosa más importante en su vida. Eso era su dios. ¿Qué hubiera pasado si Dios no le daba hijos a Raquel?
¿Cuál es el deseo de tu corazón? ¿Qué es aquello que piensas que si no lo tienes tu vida estaría incompleta? Qué es aquello que en lo más profundo de tu corazón le has dicho al Señor: ¿Dame ____ o si no me muero? Si ese es el sentir de tu corazón entonces ese deseo profundo se ha convertido en tu ídolo.
El Señor quiere llenar nuestras vidas, de tal modo que estemos completamente satisfechas en él. No hay nada malo en desear tener cosas buenas en la vida, se convierten en malas cuando son el gozo de nuestra vida y no Dios mismo. (Mateo 6:33)
Cuando pongamos a Dios como prioridad en nuestras vidas todo lo demás tomará su lugar y esas bendiciones terrenales que queremos perderán tanta importancia, que estaremos contentas y no amargadas con lo que Dios nos ha dado. Tendremos confianza y tranquilidad de que en todo momento Dios siempre obra para nuestro bien y él sabe que darnos o no, pues nadie mejor que él conoce lo que en verdad necesitamos.
Escrito por: Sarai Escoto.
San Pedro, República Dominicana