En lo Secreto: trabaja aunque nadie te vea.

¿Realizas algún deporte? Yo practico el running desde el 2019 y me encanta, pero por poco lo abandono. Al inicio, fue todo un reto correr por más de dos minutos seguidos, luego con la constancia y disciplina aumentó mi resistencia, correr por 30 minutos sin parar era pan comido. Todo iba bien, hasta que comencé a ver el tiempo de los demás.

Lo que a mi me tomaba 20 minutos en realizar, otros lo hacían en 15, 10 y hasta seis minutos. Esto comenzó a desanimarme. ¿Te ha pasado igual?

Debes mostrar lo que haces o no serás popular.

Vivimos en una época donde hay que mostrar todo:

  • Si estas leyendo la biblia debes ponerlo en tus stories de Instagram.
  • ¿Estás comiéndote un helado? Muéstralo en WhatsApp.
  • Sube tu foto vacunándote contra el COVID-19.
  • Muestra lo grandioso que cantas, pintas, bailas, escribe.
  • ________________________________ (escribe otro ejemplo).

En estos tiempos lo secreto ya es público y lo público, está más expuesto que nunca. Este comportamiento nos ha llevado a mostrar lo grandioso que soy en todas las redes que existen, admiramos y condenamos con facilidad a los demás y también nos comparamos. Estudias, te esfuerzas y las cosas no salen como esperas; es como si todo es en vano. ¿Por qué a fulano le sale bien y a mi no? ¿Qué estoy haciendo mal? ¿A caso no es esto lo que quieres que haga Dios?

Mantén tu integridad aun en lo secreto.

A pesar de lo que nos dice la sociedad de que "debemos mostrar" todo lo que hacemos, en la biblia vemos ejemplos de grandes hombres, que fueron fieles aun en medio de las dificultades, aun cuando nadie los veía o reconocía su esfuerzo. Un ejemplo de esto es José.

Puedes leer la historia de José en Génesis capítulo 37-50. Hoy, solo daré algunas pinceladas para que comprendamos mejor, porque es necesario mantener nuestra integridad y ser fieles, aunque nadie nos esté aplaudiendo por ello.

Una noche José tuvo un sueño, y cuando se lo contó a sus hermanos, lo odiaron más que nunca. —Escuchen este sueño—les dijo—. Resulta que estábamos en el campo atando gavillas de grano. De repente, mi gavilla se levantó, y las gavillas de ustedes se juntaron alrededor de la mía, ¡y se inclinaron ante ella! Sus hermanos respondieron: —Así que crees que serás nuestro rey, ¿no es verdad? ¿De veras piensas que reinarás sobre nosotros? Así que lo odiaron aún más debido a sus sueños y a la forma en que los contaba.

Génesis 37:5-8

A los 17 años José tuvo un sueño que cambiaría su vida. Soñó que iba a tener una posición de autoridad, esto hizo que sus hermanos le odiaran más que antes e intentaran acabar con su joven vida. Pero, al contrario de lo que podamos esperar, la vida de José fue en picada; de mal en peor, no como el sueño mostraba.

  1. José es vendido por sus hermanos (Génesis 37:38).
  2. Lo compra Potifar como su esclavo, y la esposa de este lo acusa falsamente (Génesis 39:11-15).
  3. José es encarcelado (Génesis 39:20)
  4. Los presos, que ayudó José en la cárcel, se olvidan de el por dos años (Génesis 40:23).

No olvides que alguien mayor te observa.

A pesar de lo que acontecía a su alrededor, José no olvidó que servia a alguien mayor. Jehová estaba con el, así que en medio de las dificultades, en lo secreto, cuando nadie lo observaba, continuó honrado Su Nombre.

Pero el Señor estaba con José en la cárcel y le mostró su fiel amor. El Señor hizo que José fuera el preferido del encargado de la cárcel. Poco después el director puso a José a cargo de los demás presos y de todo lo que ocurría en la cárcel. El encargado no tenía de qué preocuparse, porque José se ocupaba de todo. El Señor estaba con él y lo prosperaba en todo lo que hacía.

Génesis 39:21-23

La fidelidad de José, mientras estaba en casa de Potifar y en la cárcel, lo estaba preparando para lo que vendría. No solo mantuvo su integridad, fidelidad y temor al Señor, también fue diligente en hacer lo que había que hacer. Adquirió experiencia administrando, ayudando y sirviendo en esos pequeños lugares; sin embargo, ahí pulió sus habilidades y pudo administrar los recursos de toda una nación en momentos de sequía.

Para meditar:

  • ¿Trabajas en secreto tu relación con Dios?
  • ¿Te preocupa más lo que otros pueden hacer y tu no?
  • ¿Buscas con afán que otros conozcan tus habilidades?
  • ¿Te desanima ver las habilidades de otros o te alegra ver lo que Dios está haciendo en sus vidas?
  • ¿Dedicas tiempo a mejorar tus habilidades y talentos, aunque solo te vea tu mamá?

No te compares con los demás, cada quien tiene un camino distinto al tuyo. Recuerda que Dios te llamó a honrarle y obedecerle, no a mostrarte.

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