¿Sequía en tu jardín? cuida, cultiva y protege tu relación con Dios

Sequía en mi relación con Dios

Hablar de sequía nos hace pensar en ciertas cosas que pudieran provocar una situación como esta, como: la escasez, el descuido, falta de interés, etc.

Usaré esta analogía para definir qué tan eficaces estamos siendo al cultivar nuestra relación con Dios, o si por el contrario nos identificamos con algunos de los signos de sequía que veremos más adelante. Imaginemos por un momento “La casa de nuestros sueños” específicamente la parte posterior que cuenta con un gran jardín de bellos y brillantes colores, con altas palmeras, y flores hermosas. Sería lindo ¿verdad?

Para lograr algo como ese hermoso jardín se necesitarán varios elementos importantes: disposición, amor, tiempo, compromiso y constancia. Lamentablemente, muchas veces nuestras excusas se anteponen a nuestra necesidad y compromiso, y terminanos envueltas en espinas y sequedad.

Pasamos a excudarnos en actitudes como éstas para evadir nuestra realidad.

1. La Negación

“No sé cómo hacerlo, resulta muy difícil para mí” Amada hermana, debemos entender que Dios en su gracia ya nos ha equipado con todo lo que necesitamos para conocerle; si eres Su hija tienes Su Santo espíritu que es quién nos guía y capacita, y Su palabra que es el medio perfecto para regar nuestros corazones de vida. Decir “no puedo, o no sé cómo hacerlo” es invalidar y restar importancia al poder que estos presentan en nuestras vidas.

2. Eso toma mucho tiempo

Es obvio que la obra majestuosa de este jardín no surgió de la noche a la mañana. Debemos cuidarnos de la pereza, es un enemigo letal, hace que nos enfoquemos en situaciones imaginarias que crean nuestra mente para no cumplir con lo que debemos de hacer.  El libro de proverbios menciona en repetidas ocasiones como es la vida del perezoso y las actitudes negativas y desalentadoras que forman parte de él.

Pasé junto al campo del hombre perezoso, Y junto a la viña del hombre falto de entendimiento; Y he aquí que por toda ella habían crecido los espinos, Ortigas habían ya cubierto su faz, Y su cerca de piedra estaba ya destruida.”

Proverbios 24:30-31

“Una verdad bíblica profunda que necesitamos conocer es que nuestro corazón hace uso de la mente para justificar lo que el corazón quiere. Es decir, nuestros más profundos deseos preceden al funcionamiento racional de nuestra mente, e inclinan la mente a percibir y pensar de modo tal que nuestros deseos parezcan correctos.” John Piper

En el libro de Romanos, el apóstol Pablo nos exhorta a que aquello que requiere diligencia no seamos perezosos. “Romanos 12:11”

3. Mi líder si puede hacerlo, esas cosas le salen bien, a mi no” 

El llamado a mantener vidas santas es de todos, cultivar una relación con Dios no es trabajo ni de tu pastor, ni de tu mentora, es exclusivamente tuyo. Somos nosotras que debemos tomar la firme decisión de plantar y regar, el crecimiento lo dará el Señor.

4. Total, a nadie le importa lo que hago.

La biblia nos enseña que todo lo que hacemos debe ser como para el Señor y no para los hombres. Col.3:23; nuestra relación con Dios va a depender de tener claro cuál es nuestro propósito, debemos estar lejos de buscar gloria o aprobación humana, la recompensa o valoración que pueda darte alguna persona por lo que hagas en esta vida es pasajera, se queda aquí en esta tierra, pero lo que recibiremos de Dios es eterno, y es lo más importante.

5. Hacerlo todos los días es aburrido 

Leí esta pregunta una vez, “¿Para qué quieres ir al cielo si allí está el autor del libro que tanto te aburre?”

Llamó mucho mi atención, pues en ocasiones actuamos como si estudiar Su palabra es un momento amargo y obligatorio.

¿Haz pensado alguna vez lo que harás en la eternidad? Permita Dios que disfrutar de Él y su grandeza sea el anhelo más ferviente de nuestro corazón. Entonces, ¿Cuáles cosas podemos hacer para cultivar una buena comunión con Dios?

¿Cómo mantener un hermoso jardín como el que imaginamos al principio?

1. Establece prioridades

Identifica las áreas a fortalecer en tu vida, y empieza a accionar. Muchas de nosotras luchamos con mantener fielmente un tiempo a solas con Dios, a veces de manera intencional o no, nos preocupamos más por manejar nuestras redes sociales y distintos artefactos tecnológicos, al punto de ser lo primero que buscamos al levantarnos, disponer de un tiempo de devoción con nuestro Dios, dará lugar a que florezca nuestro jardín

2. Ora

Nadie estableció jamás una buena relación sin haber comunicación.

Si tienes problemas para recordar peticiones, puedes apropiarte de recursos que te ayuden con esto como los “Diarios de oración” allí no sólo anotas las cosas por las que quieres orar, también tomas tiempo para exaltar a Dios por sus bondades y agradecer su misericordia diaria a tu vida.

3. Crea un hábito

Significa entonces que debes hacerlo de manera constante, hasta que forme parte de tu vida diaria.

Durante todo el mes de abril hemos tratado el tema de nuestra relación con Dios, ese espacio en donde solo estamos Él y yo, y de manera personal he sido edificada con lo que Dios ha hablado a mi corazón. Si no lo has visto, puedes acceder a nuestra página y allí encontrarás recursos que también pueden ayudarte.

4. Acércate a amigas de fe

Tener relaciones que nos apunten a mirar a Cristo hacen que nuestras vidas se mantenga enfocadas en lo que verdaderamente importa. Intercambien las enseñanzas que han recibido, oren las unas por las otras, y compartan con otras de estas bendiciones.

Si has sido edificada, comparte este post a tus amigas y hermanas, cuéntanos cuáles recursos de estos has usado y  de qué manera Dios ha impactado tu vida por medio de ellos.

Un abrazo y que Dios te bendiga!

Escrito por: Katherine Ozuna

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *


Contra

cultura